domingo, 17 de enero de 2010

La Pregunta màs Importante




Durante mi segundo semestre en la escuela de enfermarìa, nuestro profesor nos diò un examen sorpresa.

Yo era un estudiante consciente y leì ràpidamente todas las preguntas, hasta que leì la ùltima:

¿Cuàl es el nombre de la mujer que limpia la escuela?. Seguramente aquello era algun tipo de broma; yo habìa visto muchas veces a la mujer que limpiaba la escuela, ella era alta, cabello oscuro, como de 50 años, pero ¿còmo iba yo a saber su nombre? entreguè mi examen dejando la ùltima pregunta en blanco.
Antes de que terminara la clase alguien preguntò al profesor si la ùltima pregunta contarìa para la nota del examen.
!Absolutamente! dijo el profesor. "En sus carreras ustedes conoceràn muchas personas.
Todas son significantes, ellos merecen su atenciòn y cuidado, aun sòlo si ustedes les sonrien y dicen !hola!.
Yo nunca olvidè esa lecciòn, tambièn aprendì que su nombre era Elsa.


"Aplauso a la Vida

EL POETA






El dueño de un pequeño negocio, amigo del gran poeta Olavo Bilac, cierto dìa lo encontrò en la calle y le dijo:

"Sr. Bilac, estoy necesitando vender mi negocio que usted tan bièn conoce". ¿podrìa redactar el aviso para el diario?.

Olavo Bilac tomò làpiz y papel y escribiò:

"Se vende encantadora propiedad, donde cantan los pàjaros al amanecer en las extensas arboledas, rodeada por las cristalinas aguas de un lindo riachuelo. La casa, bañada por el sol naciente, ofrece la sombra tranquila de las tardes en la veranda".

Algunos meses despuès, el poeta se encontrò con el comerciante y le preguntò si ya habìa vendido el lugar.

"No pensè màs en eso , dijo el hombre".

"Despuès que leì el aviso me di cuenta de la maravilla que tenìa".

A veces no nos damos cuenta de las cosas buenas que tenemos y vamos tras falsos tesoros. Debemos valorar lo que tenemos y que nos fue dado gratuitamente por la vida: los amigos, el empleo, el conocimiento que adquirimos, la salud, la sonrisa de los hijos y el cariño del cònyuge. Esto si son verdaderos tesoros.



 

La Bailarina


Una joven había tomado clases de ballet durante toda su infancia, y había llegado el momento que se sentía lista para entregarse a la disciplina que la ayudaría a convertir su afición en profesión.

Deseaba llegar a ser primera bailarina y quería comprobar si poseía las dotes necesarias, de manera que cuando llegó a su ciudad una gran compañía de ballet, fue a los camarines luego de una función y habló con el director.

“Quisiera llegar a ser una gran bailarina, le dijo, pero no se si tengo el talento que hace falta”.

“Dame una demostración”, le dijo el maestro.
Transcurridos a penas cinco minutos, la interrumpió, moviendo la cabeza en señal de desaprobación.
“No, no tiene usted condiciones”.

La joven llegó a su casa con el corazón desgarrado, arrojó las zapatillas de baile en el armario y no volvió a calzarlas nunca más, se casó, tuvo hijos y cuando se hicieron un poco mayores, tomó un empleo de cajera en un supermercado.

Años después asistió a una función de ballet, y a la salida se topó con el viejo director que ya era octogenario, ella le recordó la charla que habían tenido años antes, le mostró fotografías de sus hijos y le comentò de su trabajo en el supermercado, luego agregó:

Hay algo que nunca he logrado entender. ¿Cómo pudo usted saber tan rápido que yo no tenía condiciones de bailarina?.

“Ah, penas la miré cuando usted bailó delante de mí, le dije lo que siempre le digo a todas, le contestó.
“Pero eso es imperdonable” exclamó ella, arruinó mi vida, !pude haber llegado a ser primera bailarina!.


“No lo creo, repuso el viejo maestro. Si hubiera tenido las dotes necesarias, no había prestado atención a lo que yo dije”

Conclusión:
Sin dudas, si te crees perdido, estás perdido y si crees que no puedes, pues no podrás. Si quieres hacer algo, pero lo crees imposible, no creo que triunfes jamás. "En la vida no sólo el valiente y el veloz triunfa, tarde o temprano el que siempre vence es el que cree que es posible".





















sábado, 9 de enero de 2010

¿Què te parece si hacemos el inventario?




Vi distinto a mi abuelo aquel día. Tenía la mirada enfocada en lo distante. Casi ausente. Pienso ahora que tal vez presentía que era el último día de su vida.

Me aproximé y le dije: ¡Buenos días abuelo!. Y el extendió su mano en silencio. Me senté junto a su sillón y después de unos instantes un tanto misteriosos, exclamó:

“!Hoy es día de inventario, hijo!”.
¿Inventario?, pregunté sorprendido.”
Sí. !El inventario de tantas cosas perdidas!.

Siempre tuve deseos de hacer muchas cosas que luego nunca hice, por no tener la voluntad suficiente para sobreponerme a mi pereza. Recuerdo también aquella chica que amé en silencio por cuatro años, hasta que un día se marchó del pueblo sin yo saberlo.

Tambièn estuve a punto de estudiar ingeniería, pero no me atreví. Recuerdo tantos momentos en que he hecho daño a otros por no tener el valor necesario para hablar, para decir lo que pensaba. Y otras veces en que me faltó valentía para ser leal.

Y las pocas veces que le he dicho a tu abuela que la quiero, y la quiero con locura. !Tantas cosas no concluidas, tantos amores no declarados, tantas oportunidades perdidas!.

Luego, su mirada se hundió aun más en el vacío, se le humedecieron los ojos, y continuó:

“Este es el inventario de cosas perdidas, la revisión de mi vida. A mi ya no me sirve. A ti sí. Te lo dejo como regalo para que puedas hacer tu inventario a tiempo”.

¿Sabes qué he descubierto en estos días? ¿Sabes cuál es el pecado màs grave en la vida de un hombre?.

La pregunta me sorprendió y sólo atiné a decir con seguridad:

"No lo había pensado, supongo que matar a otros seres humanos, odiar al prójimo y desearle mal..."

Me miró con afecto y me dijo:”Pienso que el pecado más grave en la vida de un ser humano es el pecado por omisión. Y lo más doloroso es descubrir las cosas perdidas sin tener tiempo para encontrarlas y recuperarlas”.

Al día siguiente, regresé temprano a casa, después del entierro del abuelo, para hacer con calma mi propio inventario de las cosas perdidas, de las cosas no dichas, del afecto no manifestado.
"Aplauso a la Vida"

jueves, 7 de enero de 2010

¿Podemos vivir como las flores?



Maestro, ¿qué debo hacer para no sentirme molesto?.
Algunas personas hablan demasiado, otros son ignorantes. Algunas son indiferentes. Siento odio por aquellas que son mentirosas y sufro con aquellas que calumnian.

“! Pues vive como las flores”!, advirtió el maestro.
“Y ¿cómo es vivir como las flores?, preguntó el discípulo.

Pon atención a esas flores, continuò el maestro señalando unos lirios que crecían en el jardín. Ellas nacen en el estiércol, sin embargo son puras y perfumadas. Extraen del abono maloliente todo aquello que le es útil y saludable, pero no permiten que el agrio de la tierra manche la frescura de sus pétalos”.

Es justo angustiarse con las propias culpas, pero no es sabio permitir que los vicios de los demás te incomoden. Los defectos de ellos son de ellos y no tuyos. Y si no son tuyos, no hay motivos para molestarse… Ejercita pues, la virtud de rechazar todo el mal que viene desde afuera y perfuma la vida de los demás haciendo el bien.

“Esto es vivir como las flores”.

martes, 5 de enero de 2010

¿Cuàl serà la parte màs importante del cuerpo?



Un día mi madre me preguntó cuál era la parte más importante del cuerpo. A través de los años trataría de buscar la respuesta correcta.

Cuando era más joven, pensé que el sonido era muy importante para nosotros, por eso dije: “Mis oídos mamá”.


Ella dijo: No, muchas personas son sordas y se las arreglan perfectamente. Pero sigue pensando, te lo volveré a preguntar de nuevo.

Varios años pasaron antes de que ella lo hiciera. Desde aquella primera vez, yo había creído encontrar la respuesta correcta. Y es así que le dije:

“Mamá, la vista es muy importante para todos, entonces deben ser nuestros ojos”.
Ella me miró y me dijo:

Estás aprendiendo rápidamente, pero la respuesta no es correcta porque hay muchas personas que son ciegas, y salen adelante aun sin sus ojos.

Continué pensando cuál era la solución. A través de los años mi madre me preguntó un par de veces más, y ante mis respuestas, la suya era:

“No, pero estás volviéndote más inteligente con los años, pronto acertarás”.

El año pasado, mi abuelo murió. Todos estábamos dolidos. Lloramos. Incluso mi padre lloró. Recuerdo esto sobre todo porque fue la segunda vez que lo vi llorar. Mi madre me miraba cuando fue el momento de dar el adiós final al abuelo. Entonces me preguntó:¿No sabes todavía cual es la parte más importante del cuerpo, hijo?

Me asusté cuando me preguntó justo en ese momento. Yo siempre había creído que ese era un juego entre ella y yo. Pero ella vio la confusión en mi cara y me dijo:

Esta pregunta es muy importante. Para cada respuesta que me diste en el pasado, te dije que estabas equivocado y te he dicho por qué. Pero hoy es el día en que necesitas saberlo.

Ella me miraba como sólo una madre puede hacerlo. Vi sus ojos llenos de lágrimas, y la abracé. Fue entonces, cuando apoyada en mí, dijo:

“Hijo, la parte más importante es el hombro”.
Le pregunté:
¿Es porque sostiene mi cabeza?
Ella respondió:
“No, es porque puede sostener la cabeza de un ser amado o de un amigo cuando llora. Todos necesitamos un hombro para llorar algún día en la vida, hijo mío. Yo sólo espero que tengas amor y amigos cuando lo necesites, como yo ahora necesito el tuyo".